Un día, por fin, le llegó el encargo del primer libro. Y ahí confirmó lo que ya sospechaba: esto de corregir es lo que realmente le gusta hacer.
¿Cómo llegaste a este campo profesional?
Me formé en la carrera de Letras de la Universidad Nacional del Litoral y en una de sus materias, Teoría Literaria I, trabajamos con los textos de Pierre Bourdieu sobre el campo editorial. A partir de esas lecturas comenzó mi interés por el mundo editorial, me sumé a un proyecto editorial cartonero y comencé a estudiar una tecnicatura en edición. La práctica de la corrección siempre estuvo presente en mi vida, ya fuera revisando mis propios textos o corrigiendo los trabajos de mis amigas. Un poco por formación profesional y un poco por curiosidad, en 2021 comencé a ofrecer mis servicios de corrección de manera más formal: artículos científicos, monografías, textos en páginas web y aulas virtuales. Finalmente, llegó la corrección del primer libro y ahí confirmé lo que ya sospechaba: esto es lo que realmente me gusta hacer.
¿Se puede vivir de la corrección?
Por el momento, no puedo vivir completamente de esta profesión. Si bien complemento con otros trabajos que están relacionados a lo editorial o las letras, en mayor o menor medida, no tengo la suficiente demanda como para dedicarme de lleno a la corrección. No obstante, considero que tiene mucho que ver con el tiempo que llevo trabajando de esto —muy poco— y la situación económica actual: si bien se produce un montón de material que requiere corrección, muchas veces se priorizan otros gastos antes que nuestros servicios. En este sentido, considero que la visibilización del trabajo de corrección le otorga valor y resalta la importancia de su inclusión en proyectos. Actualmente, dedico al ejercicio de la corrección cuatro horas por día. Cuando estoy cercana a la entrega de un proyecto grande o el texto me entusiasma mucho, le dedico también varias horas de mis fines de semana.
“Considero que la visibilización del trabajo de corrección le otorga valor y resalta la importancia de su inclusión en proyectos”
¿Por qué te asociaste a PLECA?
Me asocié a PLECA en búsqueda de una comunidad de práctica. El trabajo de corrector, más cuando se realiza de manera freelance, puede resultar muy solitario. Tener un espacio de encuentro con colegas, donde podamos enviar dudas, compartir datos y socializar nuestras experiencias es sumamente beneficioso. Abona la actualización y la formación profesional y potencia buenas prácticas.
¿Realizaste algún curso últimamente? ¿Sobre qué tema?
Actualmente no realicé ningún curso como tal, solo me encuentro terminando la Tecnicatura en Producción Editorial de la Universidad Nacional de Entre Ríos. Si bien se abordan todas las etapas del proceso de edición, esa visión me ayudó a repensar nuestra tarea de corrección en su contexto.
¿Querés agregar algo que no te hayamos preguntado?
En relación con lo dicho anteriormente, considero que la visibilización de nuestro trabajo es de primerísima importancia. Especialmente, en estos tiempos donde los avances tecnológicos nos quieren dejar en un lugar prescindible. Estar al corriente, investigar y formarnos sobre estas nuevas tecnologías se vuelve pertinente; no para oponernos a ellas, sino para incorporarlas y potenciar nuestra práctica.