Erika Wrede egresó como editora de la Universidad de Buenos Aires. Su materia preferida fue Corrección de Estilo. Desde entonces, no paró.
¿Cuántos documentos/libros llevás corregidos desde que iniciaste tu carrera?
Desde que comencé en el 2015 corregí aproximadamente unos 250 libros. Sobre todo, me especializo en literatura juvenil; pero también trabajo con literatura adulta, no ficción, agendas, contenido en línea, etcétera. Corregí alguna que otra tesis también, pero la literatura es lo que más disfruto.
¿Cómo llegaste a este campo profesional?
Recuerdo que cuando estaba terminando el secundario todas mis compañeras ya habían decidido qué carrera seguir, o a qué querían dedicarse. Yo seguía sin encontrar la carrera para mí. Letras me parecía interesante, porque siempre disfruté muchísimo leer, pero la realidad era que no terminaba de convencerme. No me veía en ese ámbito laboral, había algo que faltaba. Así que luego de muchas dudas (¡y de casi inscribirme en Económicas para ser contadora!) entré a la web de la UBA y leí una por una todas las carreras de todas las facultades. Así de perdida estaba. Cuando llegué a Edición no lo podía creer, enseguida sentí que era la carrera para mí. Recuerdo haber leído el listado de materias y haber quedado enamoradísima. En cuanto empecé la carrera confirmé lo que ya sabía, y al hacer la materia Corrección de Estilo encontré mi lugar.
¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
Lo que más disfruto es trabajar en algo que me apasiona, que elijo todos los días. Incluso en los días «malos», cuando estoy cansada y todavía me quedan tantas páginas por corregir, consigo sacar energías de algún lado y sigo avanzando. Poder corregir la mayor parte del tiempo libros que disfruto como lectora es un privilegio que no tiene comparación. Y también me gusta tener la posibilidad de hacer algo diferente cuando siento que estoy repitiendo mucho el tipo de trabajo. Esa flexibilidad de elegir qué quiero hacer es algo que me ayuda a no sentir que me arrastra la monotonía.
¿Se puede vivir de la corrección?
En mi caso, al año de haber comenzado a trabajar de manera profesional ya estaba viviendo de la corrección. Llevo siete años en esta profesión, y si bien por supuesto he tenido mejores y peores “rachas”, afortunadamente nunca me faltó trabajo. Comencé con encargos bastante «fijos» por parte de editoriales que me enviaban correcciones de manera regular, pero en los últimos años —y a raíz sobre todo de lo que provocó la pandemia— expandí mi clientela para trabajar con autores independientes y no depender únicamente de uno o dos clientes. Recientemente comencé a ofrecer cursos también, ya que siempre es aconsejable encontrar alguna fuente de ingresos que sea más «fija», pero la verdad es que no me puedo quejar.