#SomosPLECA | Adriana Mazitelli | La importancia de una buena formación

Adriana Mazitelli comenzó como correctora casi de casualidad, mientras buscaba aprender más sobre redacción y construcción de personajes. Sin embargo, esta profesión la atrapó y, desde 2013, se dedica exclusivamente a esta actividad.

Contanos un poco sobre vos. ¿Quién es Adriana Mazitelli?

Mi nombre es Adriana Mazitelli, soy correctora literaria recibida en el Instituto Mallea en el año 2014. Realicé el curso de posgrado en FLACSO sobre Escrituras, creatividad humana y comunicación, en el año 2018. Participé de talleres de escritura creativa y de talleres y conferencias de corrección en la USAL y en PLECA, como el taller de corrección en InDesign. También di cursos de redacción comercial y de escritura en redes sociales. Tengo dominio del idioma inglés; trabajé como secretaria ejecutiva bilingüe durante más de 25 años, lo que me ha aportado una gran experiencia en contenidos académicos, jurídicos y comerciales bilingües; entre mis tareas siempre estuvo la redacción y la corrección de los escritos que se producían en la empresa. Desde 2013 ¡ya 8 años! me dedico exclusivamente a la corrección. Y me encanta.

¿Cuántos documentos / libros llevás corregidos desde que iniciaste tu carrera?

Entre mis trabajos se encuentran: 

  • Tesis de distintos estudiantes de las universidades de Córdoba, Catamarca, San Martín, Tres de Febrero y Mar del Plata, Escuela Sistémica Argentina y otras instituciones.
  • Corrección de textos docentes para la Universidad Siglo XXI.

Corrección de los siguientes libros:

  • La textura de la incerteza, de Diego Simón, publicado por Ruinas Circulares en 2020.
  • En primera persona, un libro de crónicas con varios autores que también fue publicado. 
  • La isla desierta, de Francisco Cuerda. Es una saga para adolescentes publicada en 2021.
  • Hierbas ancestrales, de Inés Aray. Se trata de una enciclopedia soporte al curso que dicta. 
  • El tesoro de una vida efímera, de la rev. Seinan. Es un libro en proceso de corrección sobre budismo zen. 
  • Cuentos de distintos escritores. 

He corregido también documentos digitales como páginas web, blogs, publicaciones y presentaciones en Power Point. En el ámbito corporativo también he dado cursos de Redacción de correo electrónico y de Escritura creativa para blogs y redes sociales.

¿Cómo llegaste a este campo profesional?

Desde chica siempre me gustó la escritura y leía mucho, además. Las exigencias de la vida me llevaron por otros caminos, pero siempre estuve ligada a las letras. Buscaba capacitarme en la redacción y el armado de personajes cuando una profesora del Mallea me sugirió la carrera de corrección, según dijo: “además de darme herramientas de escritura, me abría un campo laboral” y me enamoré de la profesión. Descubrí también que nunca es tarde para emprender nuevos desafíos y que la clave es la capacitación continua.

“La sobrecorrección o corrección innecesaria es lo que más daña nuestra profesión”

¿Qué le dirías a una persona que quiere dedicarse a la corrección?

A quien quisiera dedicarse a la corrección le diría que ser correctora de textos por vocación es fundamental, o sea, tiene que gustarte, tiene que salirte del alma. Pero eso, si bien es un requisito fundamental («el requisito» diría yo), resulta insuficiente.

La carrera de corrector de textos te prepara, entre otras cosas, para poder fundamentar cada corrección; te enseña a respetar la escritura del otro y a corregir estrictamente lo necesario. Esto, que puede parecer una obviedad, es uno de los puntos fundamentales de un buen corrector, ya que todos tenemos estilos de escritura diferentes y la sobrecorrección o corrección innecesaria es lo que más daña nuestra profesión. Además, te capacita para corregir distintos tipos de textos: no es igual la corrección de un texto literario que la de uno judicial, comercial, académico, etc.

Resumiendo, le aconsejaría que se capacitara y obtuviera una certificación; eso, además, le daría más crédito frente a sus futuros clientes.

Yo estudié en el Instituto Eduardo Mallea, se obtiene el título oficial de Técnico en Corrección de Textos y tiene 3 años de duración. También se puede estudiar en la Fundación Litterae, que tiene muy buena reputación, aunque no otorga título oficial. Sé también que se están abriendo carreras de corrección en otras universidades, pero no tengo información precisa.

El campo de acción de un corrector de textos es muy amplio. Obviamente, todo dependerá de la energía que le pongas a tu trabajo. Con el auge de las redes sociales, darse a conocer es cada vez más fácil, a la vez que más trabajoso, así que creo que todo depende de cada uno. Luego se va formando una cadena de trabajos y recomendaciones, y así se va avanzando.

¿Por qué te asociaste a PLECA?

Me asocié a PLECA porque me parece fundamental que exista una asociación que nuclee a los correctores de textos y, como tal, quería formar parte. A pesar de que las asociaciones corren el riesgo de no resultar útiles, este no es el caso de PLECA ¡por suerte! Pero, ¿por qué digo esto?:

PLECA nos acerca la posibilidad de formar parte del Banco de correctores. Dos clientes me han contactado a través de la página. También ofrece un tarifario sugerido, que nos orienta a la vez que equipara los aranceles, algo de suma importancia en nuestra profesión. Los “Encuentros PLECA” son capacitaciones específicas y bien orientadas al trabajo del día a día. También existe la posibilidad de publicar artículos, de escribir en el blog, además de otros diferentes recursos y descuentos.

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